Las pesadillas de las mujeres

Sexualizando

En días pasados se dio a conocer la terrible experiencia de una mujer mexicana, profesionista, valiente ella, quien se fue a trabajar a una de las muchas compañías que está haciendo posible el mundial de fútbol de Qatar, quien fue agredida sexualmente por un compañero.

Ella se llama Paola Schietekat y denunció a su atacante, pero por una mala asesoría de su representante legal de la embajada mexicana, pasó de ser la víctima de un ataque sexual a la victimaria que violó las leyes de ese lugar por tener relaciones extramaritales con su atacante y no quererse casar con él.

En esos lares, donde “el mundo odia a las mujeres”, se ven aberraciones como ésta cada día. Fue condenada a 7 años de cárcel y 100 latigazos (sí, las penas corporales existen en los países musulmanes), además de que para evitar el castigo se le ofreció casarse con su victimario; medidas que hasta hace poco tiempo eran acostumbradas en algunos lugares de México.

¿Quién consideraría casarse con su violador? Claro, quienes instalan esos usos, no son mujeres, porque ninguna mujer desearía casarse con el tipo que, de verle la cara, quisieras vomitar del asco.

Ahora súmale que lo veas a diario y lo metas en tu cama, ¡qué terrible pesadilla! Paola, ya con el apoyo de la cancillería, regresó a México, aunque en el país árabe deba todavía una condena y peor, que por circunstancias ajenas a su voluntad y que la dañaron, tuvo que renunciar a su sueño de trabajar en lo que ama: el fútbol.

Entonces, no se le respetaron sus derechos humanos, de víctima pasó a ser castigada, su atacante quedó impune, y debido a un “ratito” de diversión para el violador, ella tuvo que pasar por todo esto y renunciar a su estadía y trabajo allá.

¿Les es parecida esta historia? En una charla, se escuchaba que es mejor vivir en México, porque aquí no nos tratan así. ¿Será? Veamos: mujeres con nombre y apellido tienen que dejar sus casas, donde vivían con su maltratador, -ese que debe dar amor y seguridad- …

CONTINUARÁ