AMIRA CORRALES PEÓN

Que si las amigas la dejaron; que si el chofer la acosó y por eso bajó del auto; que si el papá y la mamá no la cuidaron; que si no había nadie en el motel; que para qué se queda sola de madrugada en una carretera peligrosa; que si las mangas del muerto… aquí la principal persona culpable y responsable de la muerte de Debanhi Escobar Bazaldúa es quien la mató. Pero también lo es el Estado, que tiene tan poco interés en las personas desaparecidas, al mismo tiempo que su capacidad investigativa es mínima comparada con lo gigantesca criminalidad en México; mientras los recursos humanos con tanta falta de capacitación (¿o capacidad?), carencia de seguimiento a los protocolos, pero tan llenos de equivocaciones, que pueden llegar a hacer de una investigación judicial un cochinero. Pero, además, todos tenemos que cargar a cuestas la responsabilidad, por hacerles creer a los hombres que pueden matar mujeres y a las mujeres, que lo merecen por no seguir su rol tradicional (o ¿machistas?). Y que no se nos olviden los medios, quiénes por conseguir la nota, pueden adquirir (o ¿comprar?) los videos de la investigación, llamándolos “filtración”; o recordar sobre los consumidores de los mass media, ya que sin ellos no habría la oferta de estos videos. Y todavía hay que analizar la ironía de esto, porque hasta que un caso se vuelve mediático, las autoridades voltean a verlo y por eso, a pesar de tantos errores, encontraron el cuerpo de Debanhi. Pero les faltan muchas más, y añadiendo: les falta el feminicida, les faltan muchos más. En México, sólo 2% de las carpetas de investigación terminan con una sentencia; vivimos en el país de la impunidad. Entonces, ¿qué esperanza tienen las niñas (y niños) para creer que pueden vivir con seguridad? En el día de las infancias, recordemos que tenemos la enorme tarea de dejarles un país que se preocupa y ama a sus niñas y niños; o no hacemos nada y les heredamos sólo la sangre y el dolor. El machismo mata y el feminismo rescata.

Twitter: @AmiraCorrales