Cómo desarrollar una identidad y dominio web

En este mundo moderno en el que vivimos hoy, todo pasa por internet. Nos relacionamos, compartimos nuestra vida y compramos objetos y experiencias mediante internet. Pero, sobre todo, también vendemos y nos vendemos. Para eso es necesario crear una identidad virtual de nosotros (tanto en un portal laboral, para ser la cara visible de nuestro negocio o hasta para convertirte en un famoso influencer) y/o de nuestra marca. Según la sociología, la identidad es una conjunción de la concepción y expresión que tiene cada persona acerca de uno mismo, y cómo lo trasmite. ¿Cómo podemos transferirlo al mundo digital para comunicar nuestra oferta y contenido y provocar la impresión deseada?

Debemos diferenciarnos del resto de la competencia desarrollando una voz distintiva, planificando el contenido a publicar en base al conocimiento e investigación de los gustos y reacciones de nuestros seguidores o clientes, practicando la escucha activa, trazando un plan claro que determine objetivos a alcanzar, identificar a las debilidades de la competencia y explotarlas, entre otras estrategias.

Pero, además, otra cosa importantísima ya sea para un blog o página web de un negocio, emprendimiento o servicio es el dominio web. El dominio es el nombre que identifica a un sitio online y es único e irrepetible. Se puede elegir cualquiera disponible y, si una persona no renueva el dominio, éste queda automáticamente libre para que cualquier otra persona lo pueda utilizar. La clave es mantenerlo simple: fácil de escribir, fácil de recordar y que concuerde con tu marca. Los dominios son muy sencillos de adquirir: solo se necesita ir a un registrador (o host), elegir uno que esté libre y abonar una accesible cuota.

Una de las cosas más fundamentales es la extensión del dominio, es decir, lo que sigue después del punto. Tal vez pienses que solo puede ser el famoso “.com”, pero hay muchos y su popularidad depende del país al que te enfoques. En algunos países el más utilizado es “.net”, pero también puede ser el código del país de origen del negocio, así en Argentina será “.ar”, en Chile “.cl”, en Brasil “.br”, etc. También depende a qué se dedique tu empresa, por lo que las ONG pueden englobarse en “.ong” o “.org”, mientras que páginas oficiales del gobierno de la nación pueden optar por el “.gob” o las web de divulgación con el “.info”. Otra tendencia es la extensión del dominio personalizado: una tienda de artículos de mascotas puede optar por el “.pet”, una cadena de on demand por “.tv” o un negocio de venta de productos por “.shop”.  Puedes buscar dominios y ver precios en diferentes sitios, como por ejemplo en la empresa de Hosting Chile premiumhosting.

También es posible combinar dos: en un momento, era muy común combinar el .com con el dominio del país y algunas páginas aun lo mantienen. Además, el dominio también puede extenderse a las direcciones de e-mails que utilice esa compañía u organización, como por ejemplo, [email protected], el mail oficial del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Definitivamente, tener tu propio dominio es un paso fundamental para que tu proyecto despegue.