La gastronomía mexicana es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad

Desde el año 2010, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), declaró a la mundialmente famosa comida mexicana como algo que debe quedar en los anales de la historia, como se apunta desde una infografía elaborada por el referente en blackjack online Betway.

Por supuesto, este nombramiento hizo que la cocina de México sea considerada un elemento crucial para la identidad nacional, en el que intervienen su historia, su creatividad, diversidad y, lo más importante, su trascendencia.

Este reconocimiento es gracias al trabajo de Gloria López Morales, escritora, periodista y diplomacia mexicana, quien es también fundadora y presidenta del Conservatorio de la Cultura Gastronómica Mexicana, un órgano consultivo de la propia UNESCO.

Son dos décadas de vida que ha dedicado Gloria al rescate, salvaguarda y promoción de la comida tradicional mexicana, siendo parte sobresaliente del Patrimonio Cultural del país. Una de las claves es la importancia que la académica destaca de cuidar y conservar las raíces, porque son el origen de la alimentación de los mexicanos por tanto tiempo.

En palabras de Gloria López, la gastronomía demuestra cierta antigüedad y continuidad histórica, además de que tiene un papel importante como elemento de identidad para el pueblo de México. Es una cocina de elaboración colectiva que se apoya en productos originarios de su tierra y que presume de una gran creatividad, perfeccionada a través de los siglos:

“Es una dieta muy nuestra, equilibrada y sana, que por milenios alimentó al pueblo de México”.

Otro de los factores de importancia es la combinación de técnicas contemporáneas que obligan a la innovación y adaptación constante, por lo que se ha podido conservar y permanecer a través de las generaciones:

“Siento una gran satisfacción personal pero este trabajo no es mío, es colectivo. Alcanzamos una meta extraordinaria, creemos que la inscripción de la comida mexicana en la UNESCO marcó un precedente jamás visto, de que una cocina nacional esté inscrita en esa lista.

Dentro de la integralidad de los retos a los que se enfrenta la gastronomía mexicana hoy en día hay varios flancos: medio ambiente, los cambios de patrones agrícolas para la producción de alimentos, la invasión de alimentos exógenos que vienen a romper el equilibrio de la dieta tradicional, obviamente también los asuntos del comercio transnacional que nos hacen importar un montón de nuestros productos y recibir a cambio otros que no son los mejores para la alimentación del mexicano.

El patrimonio gastronómico, la cocina mexicana, las cocinas regionales y locales se han vuelto en uno de los más poderosos atractivos para el turismo interno y externo. La gente se mueve en busca de nuevos sabores, sabores originarios. El turismo ha evolucionado mucho y ahorita el concepto de destinos gastronómicos es importantísimo. Es un hecho que la gente busca museos, centros históricos y playas, pero buscan también dónde comer sabroso y bien. En ese sentido la cocina mexicana está siendo un atractivo inigualable”.

Son varias regiones que deben visitarse para disfrutar de esta riqueza, como los estados de Oaxaca, Puebla o Yucatán, además de Nayarit, Colima, Chiapas o la Ciudad de México.

El escritor, crítico y entusiasta gastronómico inglés, Tom Parker Bowles, define claramente lo que significa este reconocimiento para la Gastronomía Mexicana:

“La comida más emocionante, vibrante, cautivadora y seductora que existe sobre la Tierra. Es la comida que ha conquistado al mundo, no solo con sus platillos, sino con la pasión, creatividad, calor y amor a la vida que imprimen en éstos sus creadores.

Es una tierra pura, generosa y hospitalaria; cualquiera que ame este país es capaz de ver más allá de los problemas”.