Interacción entre generaciones

-Fortalecer el apoyo mutuo como elemento clave del desarrollo social
UNA SOCIEDAD PARA TODAS LAS EDADES
Staff Crónica Hidalgo
Hacia 1999, las Naciones Unidas propusieron la idea de construir una sociedad para todas las edades donde se ajusten las estructuras, políticas y planes a las necesidades y capacidades de todas las personas. Este concepto establecía cuatro dimensiones: el desarrollo individual durante toda la vida; las relaciones multigeneracionales; la relación mutua entre el envejecimiento de la población y el desarrollo; y la situación de las personas de edad avanzada.
Posteriormente, en la Segunda Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento, realizada en Madrid en el año 2002, se estableció un plan de acción para que los países enfrentaran las consecuencias del proceso de envejecimiento de sus poblaciones fomentando una sociedad para todas las edades. En dicho plan de acción se definen las relaciones intergeneracionales como la interacción entre personas de diversas generaciones: niñez, jóvenes, personas adultas y mayores. En dicha asamblea se reconoce la importancia de promover y fortalecer la solidaridad entre las generaciones y el apoyo mutuo como elemento clave del desarrollo social.
En esta interacción se benefician todas las generaciones de manera recíproca. Por ejemplo, se promueve la participación social generando una cultura de entendimiento sobre el proceso de envejecimiento y la vejez; mejora la actividad física, cognitiva y social de la población mayor favoreciendo su salud; y las generaciones más jóvenes aprenden de las personas mayores mediante el intercambio de conocimiento y experiencia. Esta socialización favorece la sana convivencia entre personas de todas las edades.
La diferencia de edad no es un impedimento para la comprensión, el diálogo y el aprendizaje. Entender la importancia y el alcance de las relaciones intergeneracionales es valorar el papel de todas y todos en la sociedad y fomentar su participación.
Una sociedad para todas las edades exige el reconocimiento explícito de la importancia que tienen las relaciones y la cooperación intergeneracional a nivel familiar y comunitario, siendo además un requisito para la cohesión social.