Duda filosófica

Lyzandro Herrera

Primera de tres partes. No se ha escrito mucho sobre la filosofía de la duda. La historia del pensamiento y la duda es contemporánea. Cuando el hombre comenzó a razonar sistemáticamente sobre sí mismo y su realidad, surgieron las primeras dudas fundamentales. Los grandes textos  indican que los dilemas, las preguntas, los riesgos y las inseguridades se han enfrentado, durante muchos siglos, con un enfoque puramente legendario, el mejor ejemplo lo representan la Ilíada y la Odisea. En el antiguo mundo helénico, la retórica se convirtió en el arte de razonar sobre la existencia. Esto no quita que sea también un instrumento de persuasión. En palabras de Protágoras: “El hombre es la medida de todas las cosas, de lo que son en lo que son, de lo que no son en lo que no son”. Esta posición filosófica se centra en el desarrollo de la capacidad del individuo para gestionar la realidad, los demás y él mismo. Sócrates también se refería a la filosofía de la duda. Lo hizo a través de la gran obra de Platón. Así se convirtió en la figura del pensador virtuoso. A partir de ese momento histórico, el mundo de las ideas y del pensamiento se convirtió en el paraíso del hombre. Actuar con eficacia ya no es el objetivo del pensamiento. El pensamiento filosófico comienza a alimentarse de sí mismo. La búsqueda de la verdad se convierte en el objetivo último y más importante de la investigación filosófica. Utiliza la duda como herramienta principal de esta investigación, pero su objetivo es su aniquilación para llegar al conocimiento supremo. Si analizamos la duda socrática y mayéutica, algo surge claramente. Procediendo con preguntas guiadas es posible sacar a la luz la verdad interior del hombre. Así, una vez que se llega a la verdad, la duda se cancela (dando paso a más dudas).Continuará