Complicado

La lucha contra la inseguridad en nuestra entidad se vuelve cada día más complicada.
De entrada, los grupos del crimen organizado que operan en estado vecinos y no tan vecinos tienen, evidentemente, sus miras sobre el territorio hidalguense; con recursos al por mayor promueven incursiones frecuentes en diferentes regiones, además de que las cárceles locales empiezan a poblarse de internos con perfiles más peligrosos.
La irrupción de intereses ajenos a las instituciones públicas como las policías municipales es algo evidente; con mando coordinado o sin él, hay momentos en que la violencia se desborda como sucedió el fin de semana en Tasquillo o recientemente en Tulancingo.
Otro ejemplo de las dificultades que enfrentan las instituciones públicas para combatir la inseguridad, es Mineral de La Reforma.
Los recientes asesinatos en contra de líderes locales, dejaron al descubierto una lucha por el control de espacios para el comercio ambulante con su connotación política.
Las investigaciones señalan a elementos de seguridad municipal coludidos con oscuros intereses, pero no hay declaraciones oficiales.
Las balaceras en zona plateada llamaron la atención momentáneamente, pero, una vez más todo fue matizado.
Nadie dijo nada de un empleado que murió al lanzarse al vacío desde un edifico en esa misma zona, aunque para hacerlo rompió una pequeña ventana. Ese empleado era el contador principal de una empresa constructora enorme y que aparentemente tenía una vida muy cómoda sin motivos aparentes para atentar contra su propia vida.
Cada semana el jefe del ejecutivo encabeza una reunión con los integrantes de su gabinete de seguridad, exige y es estricto en la revisión de resultados, pero, al menos unos de los secretarios asistentes, dice a todos sus amigos que no hay cohesión en ese grupo y por lo tanto es muy complicado llevar a cabo los trabajos con eficiencia.
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