Los números no mienten

En el ajetreo político de un México polarizado, donde las encuestas son tanto brújula como arma de doble filo, la más reciente medición de Consulta Mitofsky arroja una luz reveladora para el gobernador de Hidalgo, Julio Menchaca Salazar. Según el Ranking de Gobernadores y Gobernadoras de agosto de 2025, publicado por la encuestadora para El Economista, el Gobernador Menchaca se ubica en el quinto lugar nacional con un 53.3% de aprobación ciudadana. No es un triunfo efímero: representa un salto de tres posiciones respecto a julio, cuando ostentaba el octavo puesto con un 50.9%. En un contexto donde el promedio nacional apenas roza el 50%, este avance no es solo un número; es una validación tangible de un gobierno que, a mitad de sexenio, parece haber encontrado su paso firme.

Para contextualizar, el podio lo ocupan Clara Brugada en la Ciudad de México (55.8%), Mara Lezama en Quintana Roo (55.4%) y Ricardo Gallardo en San Luis Potosí (54.4%), seguidos de cerca por Tere Jiménez en Aguascalientes (54.0%). Menchaca Salazar, con su 53.3%, no solo supera el umbral “alto” de aprobación (definido por Mitofsky entre 50 y 60 puntos), sino que se erige como el segundo mejor evaluado entre los gobernadores de Morena, solo por detrás de Brugada. Es un logro que resalta en la región Centro, donde comparte reflectores con la jefa de Gobierno capitalina, dejando atrás a entidades vecinas como el Estado de México, cuyo gobernadora Delfina Gómez, pese a un repunte de 2.7 puntos, aún navega en aguas medias.

Pero vayamos a los números crudos, que son el alma de cualquier análisis serio. La encuesta, realizada del 1 al 15 de agosto a 81,294 mexicanos mayores de 18 años con acceso a internet vía dispositivos móviles, es un muestreo masivo que minimiza sesgos y otorga una certidumbre envidiable. Aunque Mitofsky no detalla el margen de error en este reporte —un desliz común en resúmenes periodísticos—, con un tamaño de muestra tan robusto, el error estadístico nacional ronda el 1% o menos, lo que hace que el ascenso de Menchaca (un +2.4%) sea estadísticamente significativo y no un mero capricho de la fluctuación. Comparado con el promedio nacional, que subió modestamente del 48.5% al 50%, el avance hidalguense duplica el ritmo general, sugiriendo que no es solo una marea favorable a la 4T, sino un desempeño diferencial.

¿Qué explica esta trayectoria ascendente? En opinión de quien escribe, radica en una gestión que ha priorizado lo tangible sobre lo retórico. Hidalgo, un estado históricamente rezagado en indicadores de desarrollo, ha visto en los últimos meses avances en seguridad —con una reducción del 15% en delitos de alto impacto, según datos estatales—, inversión en infraestructura educativa y un énfasis en programas sociales que han permeado el tejido social. El propio Menchaca ha apostado por una agenda de “Hidalgo al frente”, con énfasis en la reactivación económica post-pandemia y la atracción de inversiones en el corredor industrial del Bajío. No es casual que, en un país donde la inseguridad y la desigualdad son los lastres de muchos gobiernos, el 53.3% de aprobación refleje una percepción de estabilidad y cercanía. Claro, no todo es idílico: persisten tensiones con opositores locales, pero la encuesta ignora el ruido y premia los resultados.

Desde una perspectiva más amplia, el posicionamiento de Julio Menchaca envía señales claras para el tablero nacional de Morena. A dos años de las elecciones intermedias, su consolidación como un gobernador “ganador” —junto a figuras como Lezama o Gallardo— fortalece el bloque centro-norte del partido, contrarrestando tropiezos en estados como Tabasco (donde Javier May cierra la lista con un raquítico 41%). Es un recordatorio de que, en la era post-AMLO, el éxito se mide en aprobación concreta, no en lealtades ideológicas. Para la oposición, en cambio, es un llamado a la introspección: ¿cómo competir con un gobierno que, pese a la herencia priísta en Hidalgo, ha logrado un repunte que deja en evidencia la desconexión de sus fórmulas tradicionales?

En suma, el quinto lugar de Menchaca es un aval a la certidumbre de su proyecto. Con una encuesta tan solvente como la de Mitofsky, que captura el pulso real de una ciudadanía cada vez más escéptica, Hidalgo se perfila como un laboratorio exitoso de la transformación. Si el gobernador mantiene este ímpetu —apostando por la transparencia y la inclusión—, no sería sorpresa verlo escalar aún más. Al final, en política, los números no mienten: solo exigen que se les escuche.

 

X: @David_Tenorio