Productos más saludables para el ser humano

Una aplicación de prácticas integrales sin recurrir a fuentes externas sintéticas

AGRICULTURA ORGÁNICA

Redacción 

Aunque la agricultura orgánica tiene cada vez más auge entre las y los productores mexicanos por las ventajas económicas y bondades ambientales, la superficie agrícola total destinada a este tipo de producción en México aún es bajo, refirió el profesor investigador del Área Académica de Ciencias Agrícolas y Forestales del Instituto de Ciencias Agropecuarias (Icap) de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), Sergio Rubén Pérez Ríos.

Explicó que la agricultura orgánica consiste en la aplicación de una serie de prácticas integrales en las cuales se utilizan exclusivamente insumos orgánicos sin recurrir a fuentes externas sintéticas, esto con la finalidad de que la unidad de producción sea auto sostenible, amigable con el medio ambiente, pero sobre todo, para obtener productos más saludables para el ser humano, lo que permite colocarlos en el mercado a un mejor precio.

Este esquema de producción cobró auge a partir de la década de 1980 con la producción del café del estado de Chiapas, cuando pese a que en México se vendía a un bajo precio, en el momento en que los países extranjeros detectaron que tenía mejores características, rápidamente se colocó entre el gusto del mercado más exigente. De esta manera, comenzó esta tendencia en la que la gente empezó a demandar más productos con estas características.

A raíz de esto, las y los productores agrícolas de México se inclinaron más por este tipo de producción, de forma que al día de hoy se estima que existen alrededor de unas 350 mil hectáreas dedicadas a la agricultura orgánica de diferentes cultivos. Dicha cifra representa entre el 29 al 33 por ciento de toda la superficie agrícola, ya que hay unidades que no están censadas.

Entre los cinco más importantes que están en este tipo de producción se encuentran el café, el cacao, la fresa, los cítricos y la miel. Esta última si bien no es agrícola, por sus características también se ubica en este tipo de producción, ya que sus propiedades, aroma, sabor y color son muy característicos y demandados.

El investigador Pérez Ríos subrayó que si bien este tipo de productos pueden ser más caros, su valor nutrimental es mucho mayor porque están libres de substancias químicas y tampoco perjudican al medio ambiente. No obstante, refirió que la otra cara de la moneda es el papel que juegan los consumidores, porque aún en su mayoría eligen cómo se ven, y en la agricultura orgánica, la estética no es una prioridad.

“La agricultura orgánica no es bonita, pero sí es más saludable. Entonces, una forma de comprar mejores productos es evaluar primero el color, olor y sabor, porque a veces se puede comprar, por ejemplo, un aguacate que se ve bien por fuera, pero cuando uno lo prueba no sabe igual”, comentó.