En el peor momento la crisis del Grupo Universidad  

Leonardo Herrera

Gerardo Sosa y su grupo, fue exhibido por un movimiento natural de estudiantes del Instituto de la Escuela de Artes (IDA) en el peor momento, cuando requería de mostrar fuerza para negociar políticamente los espacios electorales para el 2024, pero también el presupuesto del próximo año de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) que controla desde hace más de 4 décadas.

El llamado cacique universitario, demostró que no sabe manejar una crisis cuando esta surge de reclamos legítimos y mucho menos tiene aliados que puedan ayudarle a resolverla, pero lo más grave es que hoy, sus trabajadores en la rectoría y en el Consejo Universitario, no atinan a buscar una salida al conflicto que cada vez gana más adeptos y con ello extienden sus demandas a temas que le incomodan.

Y todo tiene un origen en el persistente abuso de maestros que han hecho de las aulas su mejor espacio para acosar, someter, intimidar y atosigar a estudiantes, con la complacencia del Sindicato de Personal Académico de la institución (SPAUAEH), directivos y la rectoría que desde siempre ha sabido de los casos graves que se comenten al interior de los institutos y campus universitarios, pero nada han hecho.

El movimiento que inicio hace ya casi 30 días, tiene justamente su origen en esas prácticas de maestros del IDA, que fueron denunciados y la anterior directora pidió su remoción, pero quien los rescató fue justamente María Teresa Paulín, que tuvo el respaldo del entonces dirigente del SPAUAEH y hoy rector de la máxima casa de estudios, Octavio Castillo Acosta, para reinstalar a cuatro de ellos, que fueron señalados directamente por presuntos casos de acoso.

Gerardo Sosa siempre supo el fondo del conflicto, pero fiel a su estilo lo minimizó, la soberbia y el capricho que caracterizan su andar, se impusieron a la razón, y lejos de entender que el conflicto podría crecer como hasta ahora, decidió respaldar al rector que impuso y hoy 28 días después, tuvo que sacrificar a Teresa Paulín a quien el fin de semana le pidió su dimisión para ofrecerla como prueba “de voluntad” para destrabar el paro que alcanza ya a más de 20 mil universitarios y estudiantes de escuelas superiores.

La jugada de Sosa y su clan, es lanzar el balón al gobierno del estado, quien se encuentra en el papel de mediador y sea el que pague los costos de una solución que ya no será tan sencilla como al principio, algo que se antoja muy difícil, pues está claro que en Plaza Juárez no ven ni son aliados del Grupo Universidad y tampoco están en condiciones de asumir la responsabilidad que le toca a la rectoría con todo y los efectos de un levantamiento universitario que genera simpatías y anima a un sector que parece estar más despierto y dispuesto a dar la batalla. 

De mi tintero… El caso de Idalia Yarid Santiago Barrera ex tesorera del municipio de Epazoyucan y negociadora de Daniel Ludlow en la administración panista de Yolanda Tellería, llamó la atención en el cuarto piso de palacio de gobierno, donde tenían entendido que está mujer quien busco acercarse al grupo del mandatario estatal, había sido relegada por sus antecedentes, pero todo indica que el director del Colegio de Bachilleres del estado de Hidalgo (COBAEH) Rubén López Valdez, no entendió el mensaje y ahora deberá asumir el costo de haberla impuesto como su operadora en esa institución…El caso del diputado Edgar Hernández Dañhu, dicen, tiene un olor a venganza, pues ni encontraron todo lo que aseguran, ni es la fichita que todos afirman, habrá que esperar…

Twitter: @herreleo