El vínculo

Hay una historia añeja que relata cómo un padre avisa a su hijo que deberá casarse con la mujer que él elija, a lo que el joven se niega. El progenitor insiste, mencionando que se trata de la hija de Rockefeller, y el hijo acepta. Entonces, el padre acude a Rockefeller y le pide la mano de su hija para su descendiente. Rockefeller se niega. El padre añade que su hijo será nombrado el gerente del Banco Mundial, y Rockefeller aprueba. Finalmente, el padre visita al presidente del Banco Mundial y solicita que nombre a su hijo como gerente, pero la petición es rechazada. El padre agrega que su hijo se casará con la hija de Rockefeller, y el presidente acepta. Así funciona la política: se construyen puentes incluso donde no los hay.

Esta historia viene a colación por un hecho reciente en Hidalgo, donde el pasado 24 de julio de 2025, en el municipio de Zimapán, se reportaron bloqueos en la carretera México-Laredo como protesta por la falta de agua potable en la comunidad de La Cruz. Según reportes, habitantes de la localidad, liderados por figuras locales, cerraron la vía para exigir al gobierno estatal y municipal una solución inmediata a la escasez de agua que afecta a cientos de familias. Este acto de presión, que interrumpió el tránsito en una arteria clave, refleja cómo grupos organizados utilizan el bloqueo como herramienta para hacerse escuchar, afectando a miles de personas y generando tensiones con las autoridades.

El estado no puede ser rehén de grupos minoritarios ni quedar a merced de liderazgos locales, gremios o sindicatos que, amparados en el descontento social, buscan negociar beneficios a cambio de desbloquear las vías de comunicación. Como en la historia, donde se teje una realidad desde la nada, aquí el vínculo es clientelar: favores a cambio de lealtad y obediencia. Estos bloqueos, aunque efectivos para visibilizar demandas, evidencian una dinámica donde el poder regional se construye y se ejerce al margen de la institucionalidad, desafiando la gobernabilidad.

 

X: @David_Tenorio