¿Qué tipo de tenis es mejor llevar en un viaje?

Muchos quisiéramos llevar nuestro clóset completo a donde vamos a viajar para no tener que preocuparnos del espacio en las maletas, pero como esto no es posible, la única opción que queda es pensar detenidamente en qué prendas y zapatos van a empacarse.

Por lo general, el protagonismo se lo lleva la ropa; sin embargo, el calzado también debe tener un papel relevante, ya que van a ser los encargados de que la movilidad se lleve a cabo de forma cómoda, de acuerdo al itinerario planeado.

Entonces, ¿cuáles son los criterios que te ayudarán a determinar qué pares llevar a tu destino? Sigue leyendo para conocerlos.

Comodidad

El confort es algo importantísimo de los tenis para dama y caballero, ya que de eso depende cuánto serás capaz de caminar. ¿Llevar una opción con suela acolchada basta? Ayuda, pero no lo es todo: para que unos zapatos se sientan bien, hay ciertos parámetros que deben cumplir, por ejemplo:

  • Tienen que adaptarse al contorno del pie.
  • Facilitar la ventilación.
  • Brindar soporte.
  • Cuidar que la lengüeta no genere fricción.
  • Revisar que el talón no se desplace con cada paso.

PUMA es una marca que se ha preocupado por desarrollar tenis con estas características. Algunos de sus modelos incluyen plantillas SoftFoam+ que amortiguan cada movimiento, lo cual los hace perfectos para trayectos largos; asimismo, incorporan estructuras ligeras que distribuyen mejor el peso, evitando que la fatiga se haga presente desde temprano.

Elige con cuidado y empaca un calzado diseñado para seguirte el ritmo.

Funcionalidad

Carga con pares que sean funcionales para distintos tipos de escenarios y que tengan una estética neutral. Si bien los básicos son una buena opción, puedes elegir cualquier diseño que te convenza, siempre y cuando creas que lograrán combinar bien con ropa de varios estilos.

Fíjate en que los materiales sean resistentes, que no tengan detalles que limiten su uso en contextos específicos y en que los colores predominantes sean sobrios. Los tenis blancos son el ejemplo perfecto de versatilidad, ya que podrán acompañarte durante toda una jornada sin necesidad de hacer una pausa para cambiar.

Si prefieres algo de otro estilo, la combinación entre negro y blanco tampoco falla. Siempre se insiste en la idea de que el rendimiento importa más que el diseño, pero actualmente es posible disfrutar de ambas cosas en un solo par.

Ligereza y durabilidad

Es obligatorio que el calzado que vaya contigo no sea pesado, ni te preocupe que a los tres días ya se haya arruinado. La apuesta de marcas como PUMA es por materiales como mallas transpirables y suelas de EVA que reducen el peso manteniendo la estabilidad, algo que se agradece en recorridos extensos en asfalto o ambientes con cambios bruscos de temperatura.

Y, justamente, una característica clave es el secado rápido, en especial si el destino al que vas llueve de manera frecuente. En ese caso, asegúrate de que el modelo que empaques se seque con facilidad y posea elementos exteriores que no absorban la humedad de modo excesivo, ni retenga olores.

Detalles que mejoran la experiencia de uso

Estabilidad: no importa cuán suaves se sienta un calzado al caminar; si no ofrecen base al pisar en superficies irregulares, van a terminar cargando tus tobillos o rodillas, en lugar de ayudarte a que mantengas un paso fluido en superficies irregulares.

Facilidad para ponerlos y quitarlos: al entrar en ciertos espacios, esto se vuelve un factor importante. Las alternativas con una sola pieza en la parte superior o con cordones elásticos resultarán útiles para que te muevas rápido y con el mismo ajuste.

Mantenimiento: claro, en un viaje es imposible que el calzado esté impecable; no obstante, lo que sí puedes hacer es escoger un par que sea sencillo de limpiar, como los hechos con tejidos o acabados que conservan bien su forma y color con solo un paño húmedo.

Decisiones que pueden ser perjudiciales para tus pies

Las consecuencias de viajar con unos zapatos equivocados en la maleta pueden traducirse en una experiencia cero disfrutable que podría, incluso, comprometer tu seguridad. Así que, por más que te duela, deja en casa tu par favorito si ya has comprobado que no es apto para caminar sobre áreas resbalosas.

Tampoco los empaques si la tela con la que están fabricados se caracteriza por retener el sudor, o bien, se tarda mucho en secar, ya que con el paso de las horas la higiene y el confort pueden verse comprometidos.

¿Qué pasa con el ajuste? Lo ideal es que el contacto entre el pie y el calzado sea uniforme, sin puntos de presión, ni zonas sueltas, puesto que esto te dejará caminar por más tiempo de forma cómoda.

¡Te invitamos a que planees con criterio! Y si prefieres comprar un calzado exclusivamente para el viaje, parte de estas preguntas para tomar una buena decisión:

¿Acostumbras a caminar con rapidez o con calma? ¿Prefieres quitarte los zapatos durante el día? ¿Te gustan los pares que no producen ningún sonido o te inclinas más por la firmeza en la pisada?

Comprender tus hábitos es el primer paso para que empaques los tenis correctos y disfrutes al máximo cada una de las experiencias que te esperan en el viaje.