Consignas en la marcha III

Amira Corrales 

“Y la culpa no era mía, ni dónde estaba, ni cómo vestía…el violador eres tú”: el slogan de las chilenas recorriendo el mundo de habla hispana y que se refiere principalmente a la re victimización de las mujeres que buscan justicia cuando han sido violentadas sexualmente y ya sea que acusen o denuncien al violador, la estructura cultural patriarcal intenta voltear la moneda y responsabilizar a la víctima por “provocar” al perpetrador por la forma de vestir, o porque “las niñas buenas no andan solas en la calle, o de noche”, o porque estaba tan tomada que era una “invitación”, o por cualquier pretexto estúpido que les enseñaron para seguir normalizando la violencia sexual, justificar su lujuria mal dirigida, sentirse dueños de nuestros cuerpos y con la posibilidad de invadirlos cuando se les dé la gana o simplemente como forma de “castigo” por no seguir los designios de comportamiento que consideran morales para las mujeres, pero que no siguen con la misma rigidez para ellos. En pocas palabras, independientemente de cómo vistamos o en qué parte y tiempo estemos, el que viola, somete, atenta, despoja, hiere, daña, lastima, es el violador, único responsable. Por lo que es de entender que en las relaciones sexuales, el consentimiento mutuo es requisito sine qua non para concretarlas. Este consentimiento debe estar presente en todos los momentos de la relación sexual, desde el coqueteo, el juego erótico, la penetración y en qué parte y la resolución. Las personas bien instruidas, con responsabilidad, a las que les importan las otras personas, siempre tendrán esto en cuenta a la hora del coito. De tal forma que es completamente indispensable una educación sexual integral que nos permita amarnos y no dañarnos.

De esta manera, damos fin a esta entrega que dedicamos al mes de marzo, mes de las mujeres. Agradezco y felicito a todas las féminas que marcharon, gritaron y brincaron, porque cada vez somos más las mujeres conscientes que queremos cambiar nuestra realidad y la de nuestras hermanas e hijas que vienen.

 

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