Mascarillas CPAP: ¿cómo saber si necesitas una nueva?

La mascarilla es una pieza clave dentro de la terapia CPAP. Es la encargada de mantener el paso continuo del aire hacia las vías respiratorias durante el sueño. Pero, para que el tratamiento sea efectivo, debe ajustarse bien al rostro y conservarse en buen estado.
Sin embargo, con el uso diario, es normal que la mascarilla comience a deteriorarse y pierda eficacia. Conoce cuáles son las señales que indican que ya es momento de reemplazarla y cómo elegir una nueva en sitios especializados como Remify.
Aparición constante de fugas durante el uso nocturno
Una de las señales más evidentes de que una mascarilla CPAP debe reemplazarse es la aparición de fugas de aire durante la terapia.
Cuando el sello entre la mascarilla y la piel pierde efectividad, el aire comienza a escapar y reduce la presión necesaria para mantener abiertas las vías respiratorias. Este escape suele generar molestias y puede interrumpir el sueño del paciente o de quien duerme a su lado.
Si, tras ajustar correctamente las correas, las fugas continúan, es probable que la mascarilla ya no conserve su estructura ni funcione como debería.
En las mascarillas faciales completas, las fugas suelen detectarse alrededor de la barbilla o el puente nasal, especialmente si el usuario cambia de posición al dormir.
En las mascarillas nasales, es común que el aire se escape por los lados o desde la base de la nariz, señal de que la almohadilla se ha endurecido o deformado.
En las almohadillas nasales, el desgaste suele notarse cuando las piezas no encajan con firmeza en las fosas nasales o se aflojan con movimientos mínimos.

Irritación o marcas visibles en la piel al despertar
Otro indicio de deterioro es la aparición frecuente de marcas, enrojecimiento o molestias en el rostro después de usar la mascarilla.
Si bien, es normal que la piel tenga una ligera huella al retirar el equipo por la mañana, esta no debería ser dolorosa ni durar más de unos minutos. Cuando las marcas se vuelven profundas, aparecen irritaciones o se desarrollan pequeñas lesiones, es momento de considerar un cambio.
Este tipo de reacción suele indicar que la mascarilla ha perdido su suavidad o que el material ha comenzado a endurecerse. En ocasiones, el acolchado interno se aplana, y el usuario termina apretando más las correas en busca de un mejor sello, lo cual empeora el problema.
Este exceso de presión sobre áreas sensibles del rostro, además de causar incomodidad, también puede desencadenar problemas dermatológicos, especialmente en personas con piel sensible o alergias.

Presencia de ruidos anómalos durante la terapia
Los ruidos inusuales mientras se utiliza el dispositivo CPAP pueden revelar un fallo en la mascarilla.
Si notas silbidos constantes o crujidos provenientes del equipo, incluso después de haber ajustado todas las conexiones, es probable que alguna parte esté dañada. Estos sonidos afectan la calidad del descanso e interrumpen la continuidad de la terapia.
El origen de estos ruidos puede estar en fisuras pequeñas, válvulas deformadas o conectores que ya no encajan correctamente. A medida que estos componentes se desgastan, pierden su capacidad de mantener el circuito cerrado que requiere el tratamiento de apnea.
Además, un entorno silencioso es esencial para garantizar la adherencia al tratamiento, y una mascarilla defectuosa puede desalentar al usuario a seguir con su terapia nocturna.

Cambios visibles en la estructura de la mascarilla
Aunque muchos usuarios no examinan su mascarilla con regularidad, una inspección visual puede revelar señales evidentes de desgaste.
Deformaciones en la almohadilla, fisuras en el plástico rígido o pérdida de transparencia en las zonas de silicona indican que el equipo ha superado su vida útil recomendada. Estos cambios afectan directamente la capacidad de sellado y la comodidad durante su uso.
Además, algunas mascarillas presentan partes móviles o bisagras que, con el tiempo, pierden estabilidad o se vuelven frágiles. Las correas pueden estirarse en exceso, y los velcros pierden adherencia, dificultando una sujeción adecuada.
Una mascarilla que ha perdido su forma original deja de cumplir su función terapéutica y puede provocar que el paciente adopte posturas incómodas durante el sueño para compensar la falta de ajuste.

Sensación de incomodidad que antes no existía
Cuando una mascarilla CPAP deja de sentirse cómoda, a pesar de no presentar daños evidentes, también puede ser señal de que necesita reemplazo.
Esta incomodidad puede manifestarse como presión excesiva en zonas específicas, sensación de ahogo o incluso dolor leve al usarla. Si antes podías dormir con normalidad y ahora el uso del equipo interfiere con tu descanso, es momento de prestar atención.
Con el paso del tiempo, el cuerpo también cambia. La pérdida o ganancia de peso, cambios hormonales o la aparición de enfermedades pueden alterar la forma del rostro y requerir una mascarilla con otra configuración.
En estos casos, continuar con el mismo modelo puede resultar contraproducente, generando una experiencia negativa que afecta el cumplimiento del tratamiento. Escuchar al cuerpo es clave para determinar cuándo dar el siguiente paso.

¿Qué factores considerar al elegir una nueva mascarilla CPAP?
Al momento de reemplazar una mascarilla CPAP, especialmente para un adulto, es esencial tomar en cuenta varios aspectos que aseguren su correcta adaptación a las necesidades actuales del paciente.
No se trata solo de buscar el mismo modelo anterior, se trata de evaluar si el tipo de mascarilla sigue siendo el más adecuado según los hábitos de sueño, la forma del rostro y los niveles de presión prescritos.
Por ejemplo, una persona que ha desarrollado congestión nasal crónica podría beneficiarse de un modelo facial completo en lugar de uno nasal. También es importante considerar si se duerme de lado, bocarriba o si se tienen movimientos frecuentes durante la noche, ya que cada diseño responde de forma distinta a estas variaciones.
Otro aspecto relevante es verificar que el nuevo modelo sea compatible con el equipo utilizado. Además, el material de fabricación debe ser hipoalergénico y ofrecer una combinación de comodidad y durabilidad.
Consultar con el especialista tratante y revisar las características técnicas del producto en el sitio antes de hacer la compra permite evitar algunos errores frecuentes y mejora la adaptación.
Elegir una mascarilla adecuada mejora la experiencia diaria y contribuye a mantener la efectividad del tratamiento a largo plazo.

Detectar cuándo una mascarilla CPAP ha dejado de funcionar correctamente es esencial para mantener la eficacia del tratamiento y asegurar un descanso continuo.
Fugas, incomodidad, cambios en la estructura o ruidos inesperados son señales evidentes de que es momento de hacer un cambio.
Elegir una nueva mascarilla que se adapte bien al rostro, al tipo de terapia y a los hábitos de sueño, mejora la experiencia diaria y contribuye al buen control de la apnea del sueño a largo plazo.